En la clase de Fundamentos y Estrategias de la Enseñanza-Aprendizaje, el profesor nos facilitó un documento llamado Educar, para qué?, tomado de 'La crisis del humanismo' escrito por Eduardo Santa.
He aquí mi perspectiva.
La educación se ha convertido en un negocio rentable. No solo para el sector privado, también para todos los legisladores que se encuentran al servicio del estado. Con el tiempo los presupuestos se han reducido, incluyendo los salarios de los maestros, quienes realizan una de las labores más difíciles: construir sociedad.
Antiguamente se valoraba la esencia de pertenecer a la raza humana: se respetaba la armonía con el entorno, con la naturaleza circundante y aquella interna para mantener un balance. La tridimensionalidad del hombre abarcaba la atención de los educadores, quienes iniciaban el proceso educativo haciendo que el individuo se reconozca como una criatura perteneciente a un núcleo.
Sin embargo, en la actualidad, la visión de un hombre íntegro se ha distorsionado y alejado de los principios básicos. Cada época demuestra que las necesidades varían y la nuestra no es la ecepción; la virtud centra su mirada en la capacidad productiva del individuo. No es una perspectiva egoísta, por el contrario, favorece el desarrollo de la humanidad llevandola a límites insospechados. En que momento las fantasías se hicieron tangibles? Pero nos hemos convertido en marionetas, incluso esclavos, de nuestras invenciones; el hombre se ha hecho dependiente en sí mismo, en los inherte. No es que sea malo facilitarnos la vida con equipos de última tecnología, el pecado está en que nos olvidamos de la educación de nuestra alma. Sí. Valoramos las posesiones, las capacidades por desarrollar se ven obnubiladas por el conformismo rutinario de nuestra vida. El talento es admirable en su productividad.
Pero, entonces, si decimos que el hombre ha sido el mismo, por qué en la antiguedad el disfrute no era censurado? Sencillo. El disfrute se gozaba de una forma diferente. El hombre tridimensional: cuerpo, moral y mente, reconocía el ocio, alejaba la pereza y caminaba en línea recta a una vida íntegra. Con esto, no intento decir que actualmente no seamos capaces de gozar sanamente, no, ahora el entretenimiento es más vasto en sus opciones y depende de nosotros saber discernir en el más apropiado, en aquel que se ajuste a nuestro molde.
Sucede que la educación actual goza de medios más avanzados para el desarrollo del intelecto, pero no están orientadas a fortalecer las tres dimensiones, únicamente están siendo utilizadas para instruir y producir. Pero de qué sirve producir sin discernir. Para eso están las máquinas. El hombre de nuestro siglo tiene por reto evitar ser alienado por sí mismo.
1 comentario:
Es por eso que estamos como estamos... en un mundo materialista carente de valores y principios éticos básicos, la sociedad actual solo piensa en producción y enriquecimiento, saciar el cuerpo dejando atrás lo que nos hace diferente de los animales. La educación como base para la construcción de buenos principios y futuro desarrollo debe velar por el crecimiento de los valores de sus estudiantes, es una lastima que como todo se convirtiera en un vulgar negocio, donde el pobre no tiene acceso a una buena educación, solo los niños ricos pueden tener acceso a este privilegio que debería ser de todos para el bien común y de la sociedad.
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