
Los sifones son un buen invento. Se me parecen a un vórtice por el que las cosas se despiden para luego aparecer en los titulares de los periódicos cumpliendo su función de agentes contaminantes. ¿Sonó muy técnico? Las semillas de guayaba son de las más divertidas de arrojar: obstinadas en el juego del agua en el lavabo, siempre queda una que otra y con las ganas de no untarme termino haciéndolo con la última. No me preocupo si serán parte de la primera plana. No leo el diario.
Enciendo el televisor, noticiero del medio día, titulares de catástrofes, de muertes, de acuerdos económicos, de hinchas furibundos, de celebridades de falso mármol, en fin. Los noticieros son un buen entretenimiento, al igual que los sifones.
Estoy a punto de cambiar el canal pero la musiquita que anuncia la noticia de última hora congela mi pulgar: Hallan muerto al vicecanciller Cubides en su despacho. Las causas del homicidio son hasta el momento desconocidas pues el vicecanciller ha sido reconocido por su excelente labor en acciones humanitarias y relaciones internacionales. Se espera que medicina legal dé el reporte de la autopsia mañana al mediodía para continuar con la investigación. (Camila: ¿qué han dicho las autoridades acerca de la escena del crimen, que tipo de pistas pueden liderar la investigación?) Hay un hermetismo de parte de las autoridades pues no desean revelar detalles a los medios de comunicación, tal vez por respeto a la familia del vicecanciller. Sin embargo, estaremos atentos al desarrollo de los hechos. Esto es algo que conmociona a la nación, el vicecanciller fue alguien sin tacha, que recibió distintas condecoraciones por su labor, incluyendo la orden al mérito militar cuando regresó como héroe de guerra en Vietnam. Repito, esto es algo sin precedentes en la historia de la nación, hallar a uno de sus funcionarios asesinado en su propio despacho a plena luz del día sin que los agentes de seguridad pudieran haberlo impedido.
(Comprendemos lo sucedido y esperamos que se logre esclarecer el hecho y no dejar impune este crimen que alarma a la nación.) Estaremos pendientes al desarrollo de los hechos desde aquí, la cancillería de estado. Informó Camila Ibarra. (Gracias Camila, en otras noticias…).
Buen entretenimiento. Eso de que las autoridades permanecen herméticas es otra de esas excusas para mover los piñones. ¿O debo decir ‘engranajes’? La maquinaria no opera para aquellos que la mantienen bien aceitada. De todos modos, sin importar quien haya sido el asesino, debo reconocerle la osadía y estética de labor.
A lo mejor no debió haber utilizado un arma de fuego, con un sencillo golpe de carpintero en la nuca, suave y leve, la persona puede perder más que el conocimiento.
El jugo de guayaba no es que sea la mejor recomendación para analizar los homicidios pero el dulcecito estimula. Los periódicos, a diferencia de los noticieros, no necesitan mostrar imágenes contundentes, solo unas cuantas palabras en el orden preciso ahorran mucho dinero. Por ahora, lo único que me interesa es marcar en el calendario la fecha para la otra pluma: el ex secretario de gobierno. Su víctima fue una hermosa mujer, de cabellos oscuros, de mirada felina y cuerpo egipcio. El ex secretario no quería que, en sus tiempos de candidato para el puesto que le alcanzó el renombre, un escándalo por sus desórdenes sexuales manchara al ejemplar veterano de guerra, ejemplar padre de familia, ejemplar del progreso de la nación. La doncella, que murió en un discreto accidente de tráfico, quería dejar de ser la noche de este hombre. Deseaba el puesto que merecía al lado del adinerado vegetal. Pero la ambición tiene sus límites y el ex secretario estuvo dispuesto a ponerle el precio a su amante por cinco de los grandes; lo que el no sabe es que yo tengo que completar mis alas para volar.
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