abril 05, 2011

Sobre los Lineamientos Curriculares y Bruno Bettelheim



La asignatura de Español y Literatura se ha convertido en una de las asignaturas de mayor relevancia en el ámbito escolar, ya que su objeto de estudio principal es el lenguaje. Sin embargo, el cómo es abordada por los docentes y la percepción que tienen los estudiantes sobre la misma permanece en un estado empírico; esto no significa que no se desarrolle un proceso de aprendizaje, pero el desarrollo del mismo sufre bastantes tropiezos (recursos físicos, disponibilidad del estudiantado, temporalidad, etc.) durante el año lectivo. Para contrarrestar este tipo de dificultades, el MEN, a través de su Dirección General de Investigación y Desarrollo Pedagógico, publicó un trabajo sobre Lineamientos Curriculares, publicado en 1998 bajo la administración del Presidente Ernesto Samper Pizano, teniendo como propósito orientar dicho proceso académico.

El cuarto apartado de dicho documento, plantea los ejes sobre los cuales se pueden pensar las propuestas curriculares, cinco en su totalidad, basados en la construcción de la significación y la comunicación; es posible encontrar entre sus líneas la salvedad de que el carácter del mismo es meramente informativo y está dirigido a la autonomía de los docentes que tengan la posibilidad de conocer este documento, ya que el punto de partida es la presunción de que existe una comprensión por parte de los docentes de cada una de las temáticas referidas a la complejidad de dichos procesos.

El primer eje está enmarcado en los procesos de construcción de sistemas de significación, dividido en cuatro niveles pertinentes: de construcción o adquisición del sistema de significación, de uso, de explicación del funcionamiento de los sistemas de significación, y de control sobre el uso de los sistemas. El primer nivel resalta la importancia del trabajo sistemático que se debe llevar a cabo con las habilidades para comprender y producir ‘locuciones textuales’ en cualquier tipo de contexto y de cualquier tipo de característica (escrito, oral, icónico, etc.) ya que en los primeros años de la escolaridad, el énfasis está sobre la adquisición del sistema, más allá que la explicación del mismo, por lo tanto es necesario tener en cuenta los procesos de autocorrección y auto evaluación que se deben llevar a cabo con el estudiante. De acuerdo con los trabajos de investigación de E. Forero, existen tres niveles de desarrollo del sistema de escritura del niño destacando que “el desarrollo de la simbolización no se deriva del desarrollo motriz”; para esto, las etapas que debe atravesar el infante van desde la distinción entre el lenguaje icónico y las grafías, hasta la relación entre sonido y grafía que permite la fonetización de la representación escrita.
Cerrando la presentación de este primer eje, se exhorta a “cambiar la mirada frente al trabajo pedagógico en el campo del lenguaje” y presenta los medios de comunicación masiva como una nueva herramienta para el desarrollo de dichos procesos, advirtiendo la adopción de una perspectiva crítica frente a los mismos.

El segundo eje presenta el entendimiento del ‘texto’ como “un tejido de significados que obedece a reglas estructurales semánticas, sintácticas y pragmáticas, para la comprensión, el análisis y la producción de los mismos”. De acuerdo con lo anterior, el trabajo académico de tener tres tipos de procesos referentes a su interpretación y creación: uno que tiene que ver con las estructuras semánticas y sintácticas; el segundo referido a la relación intertextual e intratextual; el tercero referido a un nivel extratextual que permite la reconstrucción del contexto.
Sin embargo, para la consecución de óptimos resultados, es necesario acatar las cuatro categorías de análisis de ese producto (pg. 39); acto seguido, la conceptualización del proceso lector presenta su ejercicio como un proceso cognitivo y lingüístico (pg. 47), de esta manera, la velocidad no es el requerimiento primario mas la comprensión lectora lo es. El docente, entonces se enfrenta a diversas posibilidades a la hora de potenciar estas habilidades en sus estudiantes, a partir de la vasta literatura que se puede encontrar actualmente. La integralidad del estudiante es pues presentada como un producto directo del fortalecimiento de sus competencias. El documento presenta tres estrategias básicas para la construcción de significados a la hora de que el estudiante aborda la lectura de un texto escrito; estas se basan en la deducción y conclusión a partir del muestreo y predicción, los propósitos y el conocimiento previo que tiene un lector.

Este segundo eje también presenta la descripción del ‘Texto’ y el ‘Contexto’; ambos poseen la facultad de obedecer a un constructo social, determinado por la conducta y la psiquis de sus habitantes, el primero definido por intención, el segundo por observación.

El tercer eje, referido a los procesos culturales, destaca en la literatura tres ámbitos de estudio pertinentes: desde la estética, desde la sociología, y desde la semiótica (pg. 51). Lo anterior con el firme propósito de rescatar la imperante necesidad de cambiar la perspectiva frente a la asignatura de Español y Literatura. Esto también recae sobre la dirección que de el docente, encasillándole en un tipo de prototipo que centra su atención en un aspecto de la misma (pg. 56). En nuestro país se ha identificado, en su mayoría, que existen cuatro tipos de orientación de acuerdo con el pensamiento del profesor: uno de tipo normativo/prescriptivo, uno de tipo genérico, uno de tipo pragmático- fundamentalista, finalmente uno de tipo analista. Los dos primeros tienen una presencia acentuada en el ámbito escolar, sin desconocer a los dos últimos. La ventaja que cada uno presenta, se deriva en el nivel de aprendizaje de los estudiantes, quienes al finalizar el año lectivo, deben demostrar que la apropiación del conocimiento es total, aunque parcializada de primera mano por la dirección académica frente a la organización de las actividades que permitan la construcción de la significación y la comunicación.
Ante lo anterior, la disposición de los contenidos está supeditada a la autonomía de la institución y posteriormente del docente; sin embargo, para evitar cualquier tipo de falencia que pueda evidenciarse en las pruebas de estado, es necesario que desde el MEN se propongan alternativas que permitan la incursión de nuevas estrategias para eliminar la sensación de apatía que se puede percibir en las instituciones de carácter oficial. Creemos que la problemática cultural se acentúa para la posteridad en reticencia al cambio de mentalidad, y se debe partir desde la exigencia al mismo cuerpo docente desde el mismo día del proceso de su selección. Es muy contradictorio querer construir una mejor nación con estudiantes brillantes, cuando sus más directos guías no poseen una preparación precisa para la asignatura a la que aspira ocupar un cargo.

El cuarto eje, referido a los principio se de interacción, presenta la riqueza que tiene el territorio colombiano en cuanto a etnografía se refiere, privilegiado por la gran cantidad de lenguas indígenas y su variedad dialectal. El objetivo es entonces “constituir una metodología especializada que para el conocimiento, estudio y aprendizaje de las lenguas, desde el punto de vista del desarrollo del pensamiento y la cultura; ventana que posibilita, visualiza y potencializa el diálogo cultural en Colombia con las culturas ancestrales pervivientes” (pg.59).

El quinto y último eje, centra su atención en la relación existente entre desarrollo del lenguaje y desarrollo del pensamiento, que en síntesis presenta a “las herramientas del lenguaje y de la cognición como una adquisición de la interacción social (nivel interpsicológico) y luego se internalizan (nivel intrapsicológico) por parte de los sujetos para usarlas en contextos diversos (descontextualización). (pg. 63)”. En este ámbito se destaca el planteamiento de David Perkins sobre “la cultura de pensamiento” acerca de explicitar la significación de diversas palabras que se dicen en el ámbito académico pero que escapan a una verdadera apreciación ya que no tienen un sentido completo; las palabras que presentadas como ejemplo de este caso son: describir, sustentar, comparar, contrastar, sintetizar, clasificar, jerarquizar y argumentar. Perkins considera que estas palabras referidas al pensamiento “son herramientas de precisión y su uso sistemático tiene implicaciones en el desarrollo cognitivo” (pg. 63).

Finalizando este apartado, son presentadas diversas estrategias pedagógicas para antes y después de la lectura, habilitando a los estudiantes para la reconstrucción de ‘redes conceptuales que habitan en el texto’ y que una primera lectura pudieron pasar desapercibidos o incluso ignorados. Lo anterior habilita al lector a desarrollar habilidades metacognitivas, consistentes en la toma de conciencia y control que puede ejercer el lector durante el ejercicio de la lectura.
Los estudios realizados por Bettelheim y Karen Zelan demuestran que a pesar que el individuo sea propenso al aprendizaje es en las primeras etapas de la vida en especial cuando comienzan los procesos de significación donde la cercanía hacia el ejercicio lector toma forma gracias a los sujetos de mediación. La observación consiste en que tanto el material proporcionado como la metodología están saturadas de adiestramiento mas no dan cabida a un conocimiento abierto que posibiliten el desarrollo de un constructo de cualidades cognoscitivas limitándose estrictamente al dominio de una habilidad. En una primera instancia, los materiales de apoyo suministrados son de un léxico reducido así como de una verosimilitud para la psiquis del infante; el segundo error deriva en que el docente aun es tomado como una figura de autoridad que impone trabajos y delega actividades. La pérdida del vínculo comunicativo entre los protagonistas del aula ha llevado a una larga tradición de excusas que repercuten directamente en el proceso lector del estudiante: la falta de motivación y la falta de disposición. Si se entiende que las funciones sicológicas superiores enmarcan una interacción con su grupo social, ¿por qué, entonces, los textos de apoyo son tan ajenos a la misma? El estímulo recibido por este tipo de lecturas, insensibles y repetitivas, permiten que el maravilloso mundo de la lectura deje de ser una oportunidad importantísima para construir conocimiento y rescribirse desde la ficción, a ser una mera obligación académica despojada de toda cotidianidad posible. Si bien el niño no necesita encontrarse con un libro para aprender a leer, es necesario que la enseñanza de la misma le permita construir personalidad desde la adopción de figuras como la autonomía y la criticidad.

Imagen tomada de:La asignatura de Español y Literatura se ha convertido en una de las asignaturas de mayor relevancia en el ámbito escolar, ya que su objeto de estudio principal es el lenguaje. Sin embargo, el cómo es abordada por los docentes y la percepción que tienen los estudiantes sobre la misma permanece en un estado empírico; esto no significa que no se desarrolle un proceso de aprendizaje, pero el desarrollo del mismo sufre bastantes tropiezos (recursos físicos, disponibilidad del estudiantado, temporalidad, etc.) durante el año lectivo. Para contrarrestar este tipo de dificultades, el MEN, a través de su Dirección General de Investigación y Desarrollo Pedagógico, publicó un trabajo sobre Lineamientos Curriculares, publicado en 1998 bajo la administración del Presidente Ernesto Samper Pizano, teniendo como propósito orientar dicho proceso académico.

El cuarto apartado de dicho documento, plantea los ejes sobre los cuales se pueden pensar las propuestas curriculares, cinco en su totalidad, basados en la construcción de la significación y la comunicación; es posible encontrar entre sus líneas la salvedad de que el carácter del mismo es meramente informativo y está dirigido a la autonomía de los docentes que tengan la posibilidad de conocer este documento, ya que el punto de partida es la presunción de que existe una comprensión por parte de los docentes de cada una de las temáticas referidas a la complejidad de dichos procesos.

El primer eje está enmarcado en los procesos de construcción de sistemas de significación, dividido en cuatro niveles pertinentes: de construcción o adquisición del sistema de significación, de uso, de explicación del funcionamiento de los sistemas de significación, y de control sobre el uso de los sistemas. El primer nivel resalta la importancia del trabajo sistemático que se debe llevar a cabo con las habilidades para comprender y producir ‘locuciones textuales’ en cualquier tipo de contexto y de cualquier tipo de característica (escrito, oral, icónico, etc.) ya que en los primeros años de la escolaridad, el énfasis está sobre la adquisición del sistema, más allá que la explicación del mismo, por lo tanto es necesario tener en cuenta los procesos de autocorrección y auto evaluación que se deben llevar a cabo con el estudiante. De acuerdo con los trabajos de investigación de E. Forero, existen tres niveles de desarrollo del sistema de escritura del niño destacando que “el desarrollo de la simbolización no se deriva del desarrollo motriz”; para esto, las etapas que debe atravesar el infante van desde la distinción entre el lenguaje icónico y las grafías, hasta la relación entre sonido y grafía que permite la fonetización de la representación escrita.
Cerrando la presentación de este primer eje, se exhorta a “cambiar la mirada frente al trabajo pedagógico en el campo del lenguaje” y presenta los medios de comunicación masiva como una nueva herramienta para el desarrollo de dichos procesos, advirtiendo la adopción de una perspectiva crítica frente a los mismos.

El segundo eje presenta el entendimiento del ‘texto’ como “un tejido de significados que obedece a reglas estructurales semánticas, sintácticas y pragmáticas, para la comprensión, el análisis y la producción de los mismos”. De acuerdo con lo anterior, el trabajo académico de tener tres tipos de procesos referentes a su interpretación y creación: uno que tiene que ver con las estructuras semánticas y sintácticas; el segundo referido a la relación intertextual e intratextual; el tercero referido a un nivel extratextual que permite la reconstrucción del contexto.
Sin embargo, para la consecución de óptimos resultados, es necesario acatar las cuatro categorías de análisis de ese producto (pg. 39); acto seguido, la conceptualización del proceso lector presenta su ejercicio como un proceso cognitivo y lingüístico (pg. 47), de esta manera, la velocidad no es el requerimiento primario mas la comprensión lectora lo es. El docente, entonces se enfrenta a diversas posibilidades a la hora de potenciar estas habilidades en sus estudiantes, a partir de la vasta literatura que se puede encontrar actualmente. La integralidad del estudiante es pues presentada como un producto directo del fortalecimiento de sus competencias. El documento presenta tres estrategias básicas para la construcción de significados a la hora de que el estudiante aborda la lectura de un texto escrito; estas se basan en la deducción y conclusión a partir del muestreo y predicción, los propósitos y el conocimiento previo que tiene un lector.

Este segundo eje también presenta la descripción del ‘Texto’ y el ‘Contexto’; ambos poseen la facultad de obedecer a un constructo social, determinado por la conducta y la psiquis de sus habitantes, el primero definido por intención, el segundo por observación.

El tercer eje, referido a los procesos culturales, destaca en la literatura tres ámbitos de estudio pertinentes: desde la estética, desde la sociología, y desde la semiótica (pg. 51). Lo anterior con el firme propósito de rescatar la imperante necesidad de cambiar la perspectiva frente a la asignatura de Español y Literatura. Esto también recae sobre la dirección que de el docente, encasillándole en un tipo de prototipo que centra su atención en un aspecto de la misma (pg. 56). En nuestro país se ha identificado, en su mayoría, que existen cuatro tipos de orientación de acuerdo con el pensamiento del profesor: uno de tipo normativo/prescriptivo, uno de tipo genérico, uno de tipo pragmático- fundamentalista, finalmente uno de tipo analista. Los dos primeros tienen una presencia acentuada en el ámbito escolar, sin desconocer a los dos últimos. La ventaja que cada uno presenta, se deriva en el nivel de aprendizaje de los estudiantes, quienes al finalizar el año lectivo, deben demostrar que la apropiación del conocimiento es total, aunque parcializada de primera mano por la dirección académica frente a la organización de las actividades que permitan la construcción de la significación y la comunicación.
Ante lo anterior, la disposición de los contenidos está supeditada a la autonomía de la institución y posteriormente del docente; sin embargo, para evitar cualquier tipo de falencia que pueda evidenciarse en las pruebas de estado, es necesario que desde el MEN se propongan alternativas que permitan la incursión de nuevas estrategias para eliminar la sensación de apatía que se puede percibir en las instituciones de carácter oficial. Creemos que la problemática cultural se acentúa para la posteridad en reticencia al cambio de mentalidad, y se debe partir desde la exigencia al mismo cuerpo docente desde el mismo día del proceso de su selección. Es muy contradictorio querer construir una mejor nación con estudiantes brillantes, cuando sus más directos guías no poseen una preparación precisa para la asignatura a la que aspira ocupar un cargo.

El cuarto eje, referido a los principio se de interacción, presenta la riqueza que tiene el territorio colombiano en cuanto a etnografía se refiere, privilegiado por la gran cantidad de lenguas indígenas y su variedad dialectal. El objetivo es entonces “constituir una metodología especializada que para el conocimiento, estudio y aprendizaje de las lenguas, desde el punto de vista del desarrollo del pensamiento y la cultura; ventana que posibilita, visualiza y potencializa el diálogo cultural en Colombia con las culturas ancestrales pervivientes” (pg.59).

El quinto y último eje, centra su atención en la relación existente entre desarrollo del lenguaje y desarrollo del pensamiento, que en síntesis presenta a “las herramientas del lenguaje y de la cognición como una adquisición de la interacción social (nivel interpsicológico) y luego se internalizan (nivel intrapsicológico) por parte de los sujetos para usarlas en contextos diversos (descontextualización). (pg. 63)”. En este ámbito se destaca el planteamiento de David Perkins sobre “la cultura de pensamiento” acerca de explicitar la significación de diversas palabras que se dicen en el ámbito académico pero que escapan a una verdadera apreciación ya que no tienen un sentido completo; las palabras que presentadas como ejemplo de este caso son: describir, sustentar, comparar, contrastar, sintetizar, clasificar, jerarquizar y argumentar. Perkins considera que estas palabras referidas al pensamiento “son herramientas de precisión y su uso sistemático tiene implicaciones en el desarrollo cognitivo” (pg. 63).
Finalizando este apartado, son presentadas diversas estrategias pedagógicas para antes y después de la lectura, habilitando a los estudiantes para la reconstrucción de ‘redes conceptuales que habitan en el texto’ y que una primera lectura pudieron pasar desapercibidos o incluso ignorados. Lo anterior habilita al lector a desarrollar habilidades metacognitivas, consistentes en la toma de conciencia y control que puede ejercer el lector durante el ejercicio de la lectura.
Los estudios realizados por Bettelheim y Karen Zelan demuestran que a pesar que el individuo sea propenso al aprendizaje es en las primeras etapas de la vida en especial cuando comienzan los procesos de significación donde la cercanía hacia el ejercicio lector toma forma gracias a los sujetos de mediación. La observación consiste en que tanto el material proporcionado como la metodología están saturadas de adiestramiento mas no dan cabida a un conocimiento abierto que posibiliten el desarrollo de un constructo de cualidades cognoscitivas limitándose estrictamente al dominio de una habilidad. En una primera instancia, los materiales de apoyo suministrados son de un léxico reducido así como de una verosimilitud para la psiquis del infante; el segundo error deriva en que el docente aun es tomado como una figura de autoridad que impone trabajos y delega actividades. La pérdida del vínculo comunicativo entre los protagonistas del aula ha llevado a una larga tradición de excusas que repercuten directamente en el proceso lector del estudiante: la falta de motivación y la falta de disposición. Si se entiende que las funciones sicológicas superiores enmarcan una interacción con su grupo social, ¿por qué, entonces, los textos de apoyo son tan ajenos a la misma? El estímulo recibido por este tipo de lecturas, insensibles y repetitivas, permiten que el maravilloso mundo de la lectura deje de ser una oportunidad importantísima para construir conocimiento y rescribirse desde la ficción, a ser una mera obligación académica despojada de toda cotidianidad posible. Si bien el niño no necesita encontrarse con un libro para aprender a leer, es necesario que la enseñanza de la misma le permita construir personalidad desde la adopción de figuras como la autonomía y la criticidad.


Imagen tomada de: http://wakekidsbookshelf.files.wordpress.com/2010/06/little-boy-reading.jpg

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