Yo habito el interior del espejo
donde detendrá su tiempo todo aquel
que se componga y que pose, para él.
Guardo en el cuarto encantado
mi ventana principal,
un mundo que nadie viene a tocar,
país de las ilusiones, del ensueño y el quizás,
reinos que ya no se anhelan nombrar.
Si desgraciadamente tienes que mendigar:
llama sólo a las puertas de las grandes casas.
Cuando las armas están listas, el buen sentido falta.
El mejor compañero ante la adversidad es un libro.
Nació una flor
fragante y pura en el jardín del sol
bajo sus pétalos rozados que temblaron
humectados al audaz suspiro del albor
Oh sensación que es florecer
y aló la envidia de otra flor mayor
no dejes que te mire nunca el sol
la estrella ufana ni el ardiente albor
Porque te debes a tu encierro
y no hay ninguno digno de
aspirar tu encanto, tu candor
así te digo, pequeña flor
Uno se cura todo cuando duerme,
Cuando uno duerme y sueña ese lugar.
Ese lugar de campo siempre verde
Y las colinas bajas, sólidas
De un cielo horizontal.
Hoy desperté soñando con el sitio
donde imaginé de niño
que de grande iba a habitar.
Letra de Canciones por:
Fernando Delgadillo
La balada del espejo
Del libro de la vida
Cuento
Siempre verde
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