Les presento a
la profesora Tatiana. Ella trabaja conmigo en la Corporación World y también
estudia en la UIS, solo que pertenece a la carrera de Licenciatura en
Matemáticas y va de octavo semestre, como yo. Después del trabajo que el
profesor Wilson nos asignó, decidí que ella fuera el personaje sobre el que
escribiría la crónica y accedió ante mi solicitud. Cuando yo estaba empezando a
trabajar como profesor en World, mi jefe, Cristian Martin, me hablaba de lo
organizada que era la profesora Tatiana, me entregó unas planillas donde
llevaba un completo registro de cada una de las sesiones dictadas por ella en
el curso de Técnicas de Estudio y Lectura Veloz, al punto que tuve la sensación
de que a lo mejor debía ser bastante mayor o recién graduada de su programa de
pregrado. Luego fue la reunión de profesores de planta de la Corporación donde
todos nos presentamos y recibimos una alentadora charla de nuestro jefe acerca
de las expectativas para con los estudiantes y con sus empleados directos.
Nuestra primer conversación fue el día del amor y la amistad, en septiembre del
año pasado, donde organizamos una salida de integración entre profesores y
administrativos; allí me enteré que Tatiana era de San Gil, vivía a pocas
cuadras de la universidad en una habitación arrendada en una casa que tiene por
dueñas a tres señoras, muy santandereanas, que no les tiembla la voz para decir
palabra.
-
¿Y el novio? – le pregunté
-
En bahía Málaga: él trabaja
para el ejército – respondió.
Mi reacción
estuvo acompañada del conocido refrán ‘amor de lejos…’, pero no venía al caso
pronunciarlo en voz alta, suficiente con que haya rebotado en algún rincón de
mi cabeza como para venir a estropear la conversa. Me contó también que lo
extrañaba mucho y cuando fuimos a bailar, recibió varias llamadas oportunas
para su situación sentimental. Al poco tiempo me enteré que el motivo por el
cual no podía recibir más horas de trabajo en la Corporación se debía a que
también labora como profesora de matemáticas en un jardín de infantes llamado
‘Happy Children’. Su personalidad es una amalgama de encanto y temperamento,
nunca cayendo en el malgenio, siempre sonriente y mucho más cuando llega de
visita el Administrador de uno de los buques de la Armada Colombiana: su novio.
Y reconozco que la figura de la profesora Tatiana al interior de WES ha sido de
mucho compromiso y aporta radiante cuota femenina a la planta docente, siendo
entre sus estudiantes la más querida.
1 comentario:
Excelente crónica, fué agradable leerla. No pensé que tuvieras tantos dotes como comunicador.
Phoenix1988
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