La horca de la que pende
mi cuerpo
fue tejida con cada palabra
que te he escrito
Sencillamente dejé de latir
el día que te recordé
No tuve necesidad
de puntilla alguna
no fue necesario
un resistente nudo
porque de la nada
surgió tu recuerdo
y cortó de golpe
eso que llaman aliento
Pero estando colgado
comprendí el valor que tienes
y de la nada
trozos de papel volaron
dibujándose en mi soga
Y poco a poco
mis pies tocaron tierra
por mis manos
manaban ríos de sangre
de amor
y cuando la habitación
estuvo repleta
de hojas y palabras
comprendí
que no hay amores imposibles
solo labios
que jamás dicen lo que sienten
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