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abril 05, 2011
Sobre la enseñanza de la lectura en Colombia
El panorama educativo de Latinoamérica desde los años de la colonia se ha encontrado asociado con el analfabetismo . La llegada de los colonos significó, además de los ultrajes correspondientes, el aprendizaje de una nueva lengua, su representación y una nueva forma de percibir la vida. La enseñanza de la misma permitió la transmisión de un contenido ideológico consignado entre grafemas y gotas de sangre; desafortunadamente, la transculturación se vio limitada al mestizaje y la devastación de los recursos naturales, tan bien aprovechados por los primeros habitantes de las selvas de nuestro continente.
Acto seguido, el dominio y poderío fue representado en la fragmentación de una sociedad mixta cuyos integrantes, a pesar de una marcada segregación, poco sabían de la nueva noción de identidad que se iba forjando en el imaginario de la nueva sociedad. Sin embargo, este concepto se encuentra permeado por diversas interpretaciones de carácter político, económico y que solo a través del lenguaje es posible comunicar la transición que vivimos desde la conquista. El poder está rodeado de un halo de temor infundido entrambas partes puesto que aquellos que son sometidos bajo los caprichos o disposiciones de quienes le poseen viven bajo la política del terror y el rencor; los segundos temen la rebelión que perjudique su dimensión material. Tenemos claras evidencias que una rebelión de corte intelectual, fecunda pero sin cosecha, ha tomado lugar en el recinto académico pero más allá del nuevo orden propuesto contra el adoctrinamiento progresivo, el idealismo adquiere una bella impronta en el papel.
Evitar que rebase los límites de dicho espacio sin perder la calidad estética es el filtro propuesto para el sistema educativo.
Colombia es una nación con muchas ambivalencias, paradojas y contradicciones: los índices de violencia en el núcleo familiar, el desempleo, el conflicto armado interno, la corrupción, por ejemplo, son yuxtapuestos con el meritorio segundo puesto entre los países más felices del mundo. La base de toda cultura está en su educación y la labor de la formación de individuos aptos para la sociedad del mañana ha sido conferida a los moradores de espacios físicos con etiquetas de ‘institución educativa’. Esta desproporción entre la realidad y la bella impronta en el papel se debe a la configuración de un sistema educativo basado en la fragmentación.
En una primera instancia definimos al individuo como un ser apto, propicio y propenso a educarse y ser educado; la experiencia es su principal herramienta para interactuar con su entorno y es el lenguaje aquel que le permite representar y reflexionar sobre cada una de las actividades que le vinculan al aparato social.
Sobre estos dos conceptos se ha basado la enseñanza de la lectura y la escritura en nuestro país; sin embargo, las consecuencias han sido nefastas debido a los métodos empleados.
Las grafías adquieren relevancia una vez se les confiere un significado; la apropiación de significados es considerado por la teoría de transferencia de información como el primer paso para llegar a la interpretación, es decir, solo a partir del conocimiento de sujetos aislados es posible llegar a entender la interacción entre los mismos. Tal como se propugna en el estado neoliberal: dotar de individualidad indivisible a cada sujeto de derechos para ser acogido en el seno de una estructura superior más allá de su inteligibilidad. Este supuesto se ve reflejado en la influencia que ha ejercido una política conservadora en el asunto pedagógico en las tierras del nuevo mundo.
Ileana Díaz Rivera, de la Universidad de Puerto Rico, identifica que la enseñanza de la lectura y la escritura vienen ceñidas al uso de las artes del lenguaje con el propósito de formar a la persona para que comunique sus pensamientos, de dotarla de competencias para trazar su identidad como enunciador y enunciatario bajo el precepto de la simultaneidad de ambos procesos. Realizando un juicio comparativo, Díaz Rivera logró recopilar evidencias de que tanto en Estados Unidos como en las naciones tercermundistas la enseñanza de la lectura se realizaba bajo la presunción que el lector es un sujeto pasivo, un mero receptor, seguido del abordaje de los textos dispuestos en un orden jerárquico divisible y secuencial. Tal fragmentación se daba a partir de la clasificación en las siguientes categorías: letras/sonidos, palabras, significados, sentido. Tal como lo mencionábamos en el párrafo anterior, dicho método de características ortológicas toma a la lectura como un proceso de dominio de habilidades anulando la posibilidad de establecer un filtro entre el lector y el texto: el pensamiento crítico.
De acuerdo con las investigaciones desarrolladas en la Universidad Javeriana, a cargo de las doctoras María Isabel Ruiz y María del Pilar Mora, en el sistema educativo colombiano de mitad del siglo XX se presentaban diversos fenómenos de tipo ortológico con una reconocida tradición hasta nuestros días limitadas al cumplimiento de la norma. A partir de la legislación colombiana la figura del maestro estaba catalogada como la representación de la autoridad y la idoneidad moral; el alumno debía ser educado en el saber e instruido en el comportamiento; los textos educativos eran considerados como instrumentos que permitiesen la uniformidad de la enseñanza oficial y eran la guía que el docente debía de tomar para evitar errores en su labor. Lo anterior nos permite identificar que la tradición en nuestro sistema educativo colombiano se encuentra bajo disposiciones similares a las de la culinaria, es decir, la enseñanza bajo un compendio de instrucciones prescriptivas hasta llegar a una eficiente receta que posibilite la misma.
La lectura y la escritura han sido sometidas a la enseñanza silábica, fragmentaria, a pesar que el niño no necesita encontrarse con un libro para descubrir la lengua escrita . La problemática social parte de la apatía hacía la exploración autónoma de textos que permitan formar el pensamiento crítico, la noción de identidad, un entendimiento global de las partes regido por un método transaccional que valore al estudiante como sujeto activo y la lectura como experiencia enriquecedora donde su proceso, junto al de la escritura tenga en cuenta la interacción entre el texto, las estructuras cognitivas del lector y la situación comunicativa.
El sistema educativo colombiano ha privilegiado la tradición de conservadora de la enseñanza de la lectura, al punto de mantener como referente de una buena instrucción textos como ‘La alegría de leer’, donde prima la estética de la pronunciación sin abordar la pertinencia de su contenido para formar a individuos para la sociedad del mañana. Tal vez, dicha proyección nos ha impedido ver y solucionar la reconceptualización curricular a la que debe someterse la educación en nuestro país. Una contradicción más para el prontuario: esperamos el cambio con las manos abiertas antes que cerrar los puños, palpar lo que se anida en las falanges, inhalar el presente y exhalar el futuro.
BIBLIOGRAFÍA
• AGUILERA, Eliana. Lectoescritura y Constructivismo. Artículo digital. Buscar: Eliana Aguilera Cohorte III 2009.
• DÍAZ RIVERA, Ileana. La enseñanza de la lectoescritura. www.edulect.org, 2000.
• RUÍZ, María Isabel., MORA, María del Pilar. Una aproximación a las prácticas de enseñanza de lectura y escritura en una escuela colombiana en 1940. Revista Magis, Volumen 2, Número 3. Universidad Javeriana. Bogotá, 2009.
Taller de Didáctica de la Lengua Materna I
Docente:
Wilson Gómez Moreno
Grupo: B1
Integrantes:
Karenth Duverly Figueroa
Fabián Alberto Prada Naranjo
Yesenia Sanguino Rodríguez
Víctor Andrés Zaraza Méndez
diciembre 16, 2010
Sobre la Felicidad escurridiza

Muchas personas dicen, o al menos les he oído decir, que la felicidad se escurre como agua entre los dedos; que no puede capturarse en un puño; que deja la vaga sensación de su presencia cuando una leve humedad empaña las palmas.
Pareciera también que el mundo contemporáneo se hubiese encargado de vendernos la idea de una felicidad plenamente pasajera en la ingenuidad del hedonismo. Al fin y al cabo, el tema de la felicidad se puede abordar como sustantivo parcial, como adjetivo totalizador o como noción integradora de estados contrarios y opuestos a la tristeza.
Vamos por partes...
Como sustantivo, la felicidad puede ser asociada a la figura de la liebre. Todo el mundo quiere cazarla, consumirla y exhibirla como trofeo en la sala comedor, para que los invitados sonrían y asientan al decir que su anfitrión es 'feliz'. Pero no puede ser compartida, la liebre, sin esperar que su carne se encoja al entrar en contacto con el fuego (manifestación de vida realmente efímera y realizada) y que su sabor se deshaga con facilidad en la memoria, en el recuerdo de aquello que no suele ser cotidiano.
La liebre, en el campo o en el plato, es escurridiza en su belleza, es escurridiza en su desenfrenado ritmo de escape. Incluso, hasta la persecuciòn puede considerarse provechosamente buena de acuerdo con su duración. Nos valemos de artificios comunicacionales para expresarl al mundo nuestra 'su' pertenencia con el evento idealizado de alcanzar la felicidad. Y no está mal.
Algunas veces, o en este preciso momento, creo que somos la fábula verídica de la carrera de la tortuga: en nuestro trasegar por la vida, la liebre recorre el circuito en varias ocasiones, pasando a nuestro lado, proporcionalmente a las veces que completa el recorrido, y nunca le damos captura. Solo nos deja una estela de su aroma y se marcha con sus orejotas, perdiéndose en el horizonte.
* * *
Como adjetivo, la promiscuidad de su utilización deja en tela de juicio la esencia otorgada por el arquitecto supremo de la creación. Y no es el de la matriz. Nosotros, los ciudadanos, somos capaces de cedulizar con facilidad cualquier atributo como un respingo de la felicidad. Y continuamos con el pensamiento de que es pasajera y por eso es mejor aprovechar antes que nos deje de nuevo. Por eso es que se hace un ejercicio relativo el de ir puerta a puerta preguntando por ella: no nos dan respuesta concreta de su paradero y aún así nos atrevemos a inquirir sobre su secreto? Humanos. Somos Humanos.
* * *
Finalmente, una vez vemos que su estado material pasa a ser una mera perspectiva personal (bastante objetiva, por cierto) que se evapora lentamente, decididmos condensarla en lo inabarcable según la sabiduría popular: la Felicidad es, entonces, un todo. O sea: es un todo pero no todo, ya que todo está formado por totalidaes indivisibles, mínimas y reducidas, pero inacabadas, volátiles inaprehensibles.
Y aquí comienza el silogismo. Decimos:
La felicidad lo es todo. Nada lo es todo, porque en la nada estaba todo. Si la felicidad no es nada es por es algo, y ese algo lo tiene todo para que no deje serlo. Por lo tanto, cada individuo que no tenga nada o tenga algo, lo tiene todo y Tú lo tienes todo y en la austeridad de mis dìas en mis manos está la felicidad cada vez que tus manos toman las mías y tus dedos se entrelazan con los míos y cada vez que nos despedimos, amada mía, dejas sediento este corazón, dejas satisfecha tu mirada, dejas la humedad que falta en las arenas de mi playa dormida, la humedad de la espuma salina que acaricia la cosa de mis labios cada vez que beso los tuyos...
Esa es la verdadera FELICIDAD.
No insistan, por favor, en afirmar que es escurridiza.
Porque no lo es.
febrero 16, 2010
¿Por qué Cayetano Delaura utiliza los versos de Garcilaso de La Vega?
Durante el transcurso de la obra, Cayetano Delaura hace gala de sus cualidades de hombre letrado, que ha pasado la mayor parte de su vida en la biblioteca eclesial; sus oficios incluyen la lectura y traducción de cuanto material bibliográfico esté a su alcance. También debe ser celoso centinela de dichas obras, ya que la inquisición está en boga en Cartagena de Indias, y su voto de silencio es fundamental para inspirar confianza a su tutor. Este voto le significa llevar el caso de ‘posesión demoníaca’ de Sierva María.
Sin embargo, la relación entre los dos se torna aparatosa y prohibida. Delaura cae en la oscuridad y defiende a toda costa la situación de la pequeña. A pesar que no llegan al acceso carnal, el vínculo sentimental se hace cada vez más fuerte. El tiempo que transcurren juntos le permite al sacerdote enseñarle a leer y a recitar los versos del ‘Príncipe de los Poetas’. En cada uno de estos, las palabras expresan una total entrega del hombre a la mujer, supeditado, incluso, a las decisiones que ella pueda tomar sobre él.
Enfocándonos en este aspecto, el desarrollo de la historia de amor entre los protagonistas tiene claras influencias del Petrarquismo, el concepto de ‘amor inalcanzable’, y el ‘dolor gentil del amor’ de De La Vega.
El vínculo entre este servidor de Carlos V y Delaura es de consanguinidad, según las palabras del autor, lo que fortalece el uso que hace del segundo de la obra del primero, logrando encarnar y experimentar el ‘amor trágico’ que Garcilaso plasma en su poética.
De acuerdo con los versos que Cayetano recita y enseña a Sierva María, son fragmentos pertenecientes a cuatro de los treinta y ocho sonetos del poeta ibérico: I, II, V y X. De La Vega dedicó la mayoría de los sonetos a la dama de honor de Isabel de Portugal: Isabel Freire, la cual conoció en 1526, mismo año en el que compuso el soneto V. Curiosamente, el ‘tormento’ al cual fue sometido Garcilaso se prolongó hasta 1534 con la muerte de su amada, dedicándole el soneto X.
La voz del amor angustioso está presente en sus versos, lo cual determina un paralelo entre los dos amoríos, donde prima el vínculo emocional más allá que el acceso carnal. La pureza de esta clase de amor está influenciada por el Platonismo y su idealización de la existencia. De alguna forma, la pequeña Sierva María se convierte en un refugio para el joven Delaura, quien prefiere pasar las noches en su compañía, ahogando la soledad de ambos, bajo la luz blanca de la luna y el dorado de sus cabellos. Esta figura de belleza y regocijo también tiene un halo de oscuridad que el mismo Cayetano describe como el ‘demonio’; el suplicio físico es fuerte y parece derrotar al protagonista, pero puede más su obstinación, su obsesión, su pasión.
Existe también otro patrón de conducta: los sueños. Casi de una manera icónica le es presentada la pequeña al sacerdote: sentada en una ventana, mirando hacia un campo cubierto por la nieve, comiendo uvas de un racimo que tiene sobre sus piernas. Este tipo de representación posee un alto contenido de simbología clásica.
De acuerdo con la tradición, el racimo de uvas, provenientes de la vid silvestre, pertenece a Dionisos, al que en su honor se realizaban diferentes festividades incluyendo los bacanales. Su personalidad estaba ligada a los placeres y la embriaguez del cuerpo. A pesar que Sierva María y Cayetano no consuman su amor, el principal motor fue la atracción física; fueron sus sentidos los que dieron el primer paso.
En segunda instancia está la figura de la mujer en la ventana. Los relatos la vinculan con la paciente espera en la soledad; generalmente, los candados de este tipo de prisión emocional únicamente pueden ser rotos por la presencia masculina. Finalmente, el campo nevado es considerado analogía del estado individual en la solitud; el invierno se convierte entonces en una dualidad esperanza-desasosiego.
La utilización de esta mitología es otro parámetro por el que Garcilaso guió la composición de su obra, siempre haciendo referencia a la congoja, el dolor y la llama incandescente del amor en el corazón maltrecho.
Ahora bien, tomando los versos utilizados por Delaura existe un común denominador: la muerte como único destino, pero a diferencia de una muerte de corte tradicional o trágica, es una muerte lenta, que transcurre al ritmo del idilio en el que se sumerge el enamorado. Podríamos llegar a afirmar incluso que esta muerte es un proceso definitivo y predecible para ambos, ya que este tipo de amoríos están llenos de conclusiones rotas.
El factor de augurio de la relación tormentosa se puede hacer visible en las palabras que Cayetano tomó de Garcilaso. Los dos últimos versos del último terceto del Soneto V:’ […] por vos nací, por vos tengo la vida/por vos he de morir, y por vos muero.’ De igual manera los siguientes versos del Soneto II contienen este ideal: ‘En fin a vuestras manos he venido/do sé que he de morir […] para que solo en mi fueses probado/ cuánto corta una ‘spada en un rendido.’ En la obra, el inicio del romance está determinado por el Soneto X, dedicado a la memoria de Isabel Freire, que permite vislumbrar un final triste. A pesar de esto, es necesario recrear el difícil camino que tuvieron que recorrer los protagonistas para marcar con su ficción las realidades de la historia.
Apoyo bibliográfico: http://www.thefreelibrary.com/A+Sonnet+from+Carthage:+Garcilaso+de+la+Vega+and+the+New+Poetry+of+...-a0177102218Del Amor y Otros Demonios. Gabriel García MárquezLes quedo debiendo otra referencia :P
Sin embargo, la relación entre los dos se torna aparatosa y prohibida. Delaura cae en la oscuridad y defiende a toda costa la situación de la pequeña. A pesar que no llegan al acceso carnal, el vínculo sentimental se hace cada vez más fuerte. El tiempo que transcurren juntos le permite al sacerdote enseñarle a leer y a recitar los versos del ‘Príncipe de los Poetas’. En cada uno de estos, las palabras expresan una total entrega del hombre a la mujer, supeditado, incluso, a las decisiones que ella pueda tomar sobre él.
Enfocándonos en este aspecto, el desarrollo de la historia de amor entre los protagonistas tiene claras influencias del Petrarquismo, el concepto de ‘amor inalcanzable’, y el ‘dolor gentil del amor’ de De La Vega.
El vínculo entre este servidor de Carlos V y Delaura es de consanguinidad, según las palabras del autor, lo que fortalece el uso que hace del segundo de la obra del primero, logrando encarnar y experimentar el ‘amor trágico’ que Garcilaso plasma en su poética.
De acuerdo con los versos que Cayetano recita y enseña a Sierva María, son fragmentos pertenecientes a cuatro de los treinta y ocho sonetos del poeta ibérico: I, II, V y X. De La Vega dedicó la mayoría de los sonetos a la dama de honor de Isabel de Portugal: Isabel Freire, la cual conoció en 1526, mismo año en el que compuso el soneto V. Curiosamente, el ‘tormento’ al cual fue sometido Garcilaso se prolongó hasta 1534 con la muerte de su amada, dedicándole el soneto X.
La voz del amor angustioso está presente en sus versos, lo cual determina un paralelo entre los dos amoríos, donde prima el vínculo emocional más allá que el acceso carnal. La pureza de esta clase de amor está influenciada por el Platonismo y su idealización de la existencia. De alguna forma, la pequeña Sierva María se convierte en un refugio para el joven Delaura, quien prefiere pasar las noches en su compañía, ahogando la soledad de ambos, bajo la luz blanca de la luna y el dorado de sus cabellos. Esta figura de belleza y regocijo también tiene un halo de oscuridad que el mismo Cayetano describe como el ‘demonio’; el suplicio físico es fuerte y parece derrotar al protagonista, pero puede más su obstinación, su obsesión, su pasión.
Existe también otro patrón de conducta: los sueños. Casi de una manera icónica le es presentada la pequeña al sacerdote: sentada en una ventana, mirando hacia un campo cubierto por la nieve, comiendo uvas de un racimo que tiene sobre sus piernas. Este tipo de representación posee un alto contenido de simbología clásica.
De acuerdo con la tradición, el racimo de uvas, provenientes de la vid silvestre, pertenece a Dionisos, al que en su honor se realizaban diferentes festividades incluyendo los bacanales. Su personalidad estaba ligada a los placeres y la embriaguez del cuerpo. A pesar que Sierva María y Cayetano no consuman su amor, el principal motor fue la atracción física; fueron sus sentidos los que dieron el primer paso.
En segunda instancia está la figura de la mujer en la ventana. Los relatos la vinculan con la paciente espera en la soledad; generalmente, los candados de este tipo de prisión emocional únicamente pueden ser rotos por la presencia masculina. Finalmente, el campo nevado es considerado analogía del estado individual en la solitud; el invierno se convierte entonces en una dualidad esperanza-desasosiego.
La utilización de esta mitología es otro parámetro por el que Garcilaso guió la composición de su obra, siempre haciendo referencia a la congoja, el dolor y la llama incandescente del amor en el corazón maltrecho.
Ahora bien, tomando los versos utilizados por Delaura existe un común denominador: la muerte como único destino, pero a diferencia de una muerte de corte tradicional o trágica, es una muerte lenta, que transcurre al ritmo del idilio en el que se sumerge el enamorado. Podríamos llegar a afirmar incluso que esta muerte es un proceso definitivo y predecible para ambos, ya que este tipo de amoríos están llenos de conclusiones rotas.
El factor de augurio de la relación tormentosa se puede hacer visible en las palabras que Cayetano tomó de Garcilaso. Los dos últimos versos del último terceto del Soneto V:’ […] por vos nací, por vos tengo la vida/por vos he de morir, y por vos muero.’ De igual manera los siguientes versos del Soneto II contienen este ideal: ‘En fin a vuestras manos he venido/do sé que he de morir […] para que solo en mi fueses probado/ cuánto corta una ‘spada en un rendido.’ En la obra, el inicio del romance está determinado por el Soneto X, dedicado a la memoria de Isabel Freire, que permite vislumbrar un final triste. A pesar de esto, es necesario recrear el difícil camino que tuvieron que recorrer los protagonistas para marcar con su ficción las realidades de la historia.
Apoyo bibliográfico: http://www.thefreelibrary.com/A+Sonnet+from+Carthage:+Garcilaso+de+la+Vega+and+the+New+Poetry+of+...-a0177102218Del Amor y Otros Demonios. Gabriel García MárquezLes quedo debiendo otra referencia :P
Total Eclipse // Vidas al límite
En el año de 1871, de una forma inesperada, dos poetas se encuentran en una avenida desconociendo que la búsqueda del uno al otro finalizaría en la tragedia mejor conocida para el legado de la poesía futura. El primero se consideraba así mismo un genio, el segundo, por el contrario, con el peso de la vida familiar intentaba conservar la audacia en su poesía. Finalmente, ambos son el escape justo que estaban esperando. Esta película retrata la tormentosa relación de Arthur Rimbaud y Paul
Verlaine, poetas enmarcados en el simbolismo postromántico, destacando la espiral que tomarían sus vidas para complacer el justo placer de la creación poética; los personajes, a pesar de pertenecer a la labor poética, su vínculo se caracterizó por ser enfermizo, creativo, lleno de embriaguez mental y corporal, por lo que sus protagonistas tenían rumbos muy definidos incluso antes de encontrarse.
Rimbaud llevaba una vida explorada al límite permitiéndole romper los de la sociedad de su época. Curiosamente, el impulso para abordar la poesía es la inesperada presencia del cadáver de un soldado en el camino al río de su pueblo. Decidió entonces que su obra alcanzaría su status una vez pudiese explotar el cuerpo en todas sus formas significándole la trasgresión de los límites de la vida representada en la poesía, considerándola un fin en sí mismo, sin importarle la publicación de sus textos y la opinión del lector. De esta forma, Rimbaud, se configura con un instrumento social al ser todas las personas que le rodean. Este tipo de estímulo permite un comportamiento primitivo recurriendo a la violencia como una herramienta alterna para ser escuchado, pero este primitivismo no bloquea ningún tipo de manifestación simbólica que su poesía pueda experimentar. La rareza de su pensamiento es alabada, su indiferencia por la necedad de los que le alaban es mayor.
Verlaine decide recibir a Rimbaud en su seno una vez se entera que quiere tomarle como su mecenas para construir su obra. Sin embargo, el comportamiento desenfrenado del adolescente se convierte en un refugio para apartarse de su vida marital, regida por la monotonía de los parámetros de la sociedad. La contradicción se evidencia en el poeta parisino cada vez que se preocupa de su esposa cuando está lejano de ella y de su primogénito. La muerte tiene otra máscara en las acciones del Verlaine, ya que se disfraza en las situaciones que puedan lastimar a los seres que ama, incluyendo a Rimbaud.
Ahora bien, la obra del segundo encadena su simbolismo a la experimentación del amor; convierte a Arthur en su nuevo fetiche de inspiración al punto que decide poseerlo en todas las formas posibles: ingresando en su pensamiento, apropiándose de su cuerpo, conservando su obra en el recuerdo, incluso, celarlo del mundo que puede arrebatárselo. Esta posición permitió que fueran acusados de sodomía y que fueran puestos en prisión por doscientos francos y dos años.
Finalmente, esta realización cinematográfica recrea el amorío prohibido de estos dos poetas con estética. Basado en el libro escrito por Christopher Hampton, la actuación de los participantes es acertada, la ambientación logra crear una atmósfera densa alrededor del desarrollo de la historia, logrando que los excesos de los poetas determinen finalmente el arquetipo de su pensamiento.
Verlaine, poetas enmarcados en el simbolismo postromántico, destacando la espiral que tomarían sus vidas para complacer el justo placer de la creación poética; los personajes, a pesar de pertenecer a la labor poética, su vínculo se caracterizó por ser enfermizo, creativo, lleno de embriaguez mental y corporal, por lo que sus protagonistas tenían rumbos muy definidos incluso antes de encontrarse.
Rimbaud llevaba una vida explorada al límite permitiéndole romper los de la sociedad de su época. Curiosamente, el impulso para abordar la poesía es la inesperada presencia del cadáver de un soldado en el camino al río de su pueblo. Decidió entonces que su obra alcanzaría su status una vez pudiese explotar el cuerpo en todas sus formas significándole la trasgresión de los límites de la vida representada en la poesía, considerándola un fin en sí mismo, sin importarle la publicación de sus textos y la opinión del lector. De esta forma, Rimbaud, se configura con un instrumento social al ser todas las personas que le rodean. Este tipo de estímulo permite un comportamiento primitivo recurriendo a la violencia como una herramienta alterna para ser escuchado, pero este primitivismo no bloquea ningún tipo de manifestación simbólica que su poesía pueda experimentar. La rareza de su pensamiento es alabada, su indiferencia por la necedad de los que le alaban es mayor.
Verlaine decide recibir a Rimbaud en su seno una vez se entera que quiere tomarle como su mecenas para construir su obra. Sin embargo, el comportamiento desenfrenado del adolescente se convierte en un refugio para apartarse de su vida marital, regida por la monotonía de los parámetros de la sociedad. La contradicción se evidencia en el poeta parisino cada vez que se preocupa de su esposa cuando está lejano de ella y de su primogénito. La muerte tiene otra máscara en las acciones del Verlaine, ya que se disfraza en las situaciones que puedan lastimar a los seres que ama, incluyendo a Rimbaud.
Ahora bien, la obra del segundo encadena su simbolismo a la experimentación del amor; convierte a Arthur en su nuevo fetiche de inspiración al punto que decide poseerlo en todas las formas posibles: ingresando en su pensamiento, apropiándose de su cuerpo, conservando su obra en el recuerdo, incluso, celarlo del mundo que puede arrebatárselo. Esta posición permitió que fueran acusados de sodomía y que fueran puestos en prisión por doscientos francos y dos años.
Finalmente, esta realización cinematográfica recrea el amorío prohibido de estos dos poetas con estética. Basado en el libro escrito por Christopher Hampton, la actuación de los participantes es acertada, la ambientación logra crear una atmósfera densa alrededor del desarrollo de la historia, logrando que los excesos de los poetas determinen finalmente el arquetipo de su pensamiento.
febrero 13, 2010
derap
La ausencia en la mirada
La presunciòn del silencio
los que me aman dicen que debo escuchar
pero yo con mis palabras quiero lastimar
esa dama que fustiga que es la soledad
la única que si conoce nuestra realidad
tan cruda y tan solemne es mi soledad...
La presunciòn del silencio
los que me aman dicen que debo escuchar
pero yo con mis palabras quiero lastimar
esa dama que fustiga que es la soledad
la única que si conoce nuestra realidad
tan cruda y tan solemne es mi soledad...
agosto 04, 2009
Perspectiva educativa
En la clase de Fundamentos y Estrategias de la Enseñanza-Aprendizaje, el profesor nos facilitó un documento llamado Educar, para qué?, tomado de 'La crisis del humanismo' escrito por Eduardo Santa.
He aquí mi perspectiva.
La educación se ha convertido en un negocio rentable. No solo para el sector privado, también para todos los legisladores que se encuentran al servicio del estado. Con el tiempo los presupuestos se han reducido, incluyendo los salarios de los maestros, quienes realizan una de las labores más difíciles: construir sociedad.
Antiguamente se valoraba la esencia de pertenecer a la raza humana: se respetaba la armonía con el entorno, con la naturaleza circundante y aquella interna para mantener un balance. La tridimensionalidad del hombre abarcaba la atención de los educadores, quienes iniciaban el proceso educativo haciendo que el individuo se reconozca como una criatura perteneciente a un núcleo.
Sin embargo, en la actualidad, la visión de un hombre íntegro se ha distorsionado y alejado de los principios básicos. Cada época demuestra que las necesidades varían y la nuestra no es la ecepción; la virtud centra su mirada en la capacidad productiva del individuo. No es una perspectiva egoísta, por el contrario, favorece el desarrollo de la humanidad llevandola a límites insospechados. En que momento las fantasías se hicieron tangibles? Pero nos hemos convertido en marionetas, incluso esclavos, de nuestras invenciones; el hombre se ha hecho dependiente en sí mismo, en los inherte. No es que sea malo facilitarnos la vida con equipos de última tecnología, el pecado está en que nos olvidamos de la educación de nuestra alma. Sí. Valoramos las posesiones, las capacidades por desarrollar se ven obnubiladas por el conformismo rutinario de nuestra vida. El talento es admirable en su productividad.
Pero, entonces, si decimos que el hombre ha sido el mismo, por qué en la antiguedad el disfrute no era censurado? Sencillo. El disfrute se gozaba de una forma diferente. El hombre tridimensional: cuerpo, moral y mente, reconocía el ocio, alejaba la pereza y caminaba en línea recta a una vida íntegra. Con esto, no intento decir que actualmente no seamos capaces de gozar sanamente, no, ahora el entretenimiento es más vasto en sus opciones y depende de nosotros saber discernir en el más apropiado, en aquel que se ajuste a nuestro molde.
Sucede que la educación actual goza de medios más avanzados para el desarrollo del intelecto, pero no están orientadas a fortalecer las tres dimensiones, únicamente están siendo utilizadas para instruir y producir. Pero de qué sirve producir sin discernir. Para eso están las máquinas. El hombre de nuestro siglo tiene por reto evitar ser alienado por sí mismo.
He aquí mi perspectiva.
La educación se ha convertido en un negocio rentable. No solo para el sector privado, también para todos los legisladores que se encuentran al servicio del estado. Con el tiempo los presupuestos se han reducido, incluyendo los salarios de los maestros, quienes realizan una de las labores más difíciles: construir sociedad.
Antiguamente se valoraba la esencia de pertenecer a la raza humana: se respetaba la armonía con el entorno, con la naturaleza circundante y aquella interna para mantener un balance. La tridimensionalidad del hombre abarcaba la atención de los educadores, quienes iniciaban el proceso educativo haciendo que el individuo se reconozca como una criatura perteneciente a un núcleo.
Sin embargo, en la actualidad, la visión de un hombre íntegro se ha distorsionado y alejado de los principios básicos. Cada época demuestra que las necesidades varían y la nuestra no es la ecepción; la virtud centra su mirada en la capacidad productiva del individuo. No es una perspectiva egoísta, por el contrario, favorece el desarrollo de la humanidad llevandola a límites insospechados. En que momento las fantasías se hicieron tangibles? Pero nos hemos convertido en marionetas, incluso esclavos, de nuestras invenciones; el hombre se ha hecho dependiente en sí mismo, en los inherte. No es que sea malo facilitarnos la vida con equipos de última tecnología, el pecado está en que nos olvidamos de la educación de nuestra alma. Sí. Valoramos las posesiones, las capacidades por desarrollar se ven obnubiladas por el conformismo rutinario de nuestra vida. El talento es admirable en su productividad.
Pero, entonces, si decimos que el hombre ha sido el mismo, por qué en la antiguedad el disfrute no era censurado? Sencillo. El disfrute se gozaba de una forma diferente. El hombre tridimensional: cuerpo, moral y mente, reconocía el ocio, alejaba la pereza y caminaba en línea recta a una vida íntegra. Con esto, no intento decir que actualmente no seamos capaces de gozar sanamente, no, ahora el entretenimiento es más vasto en sus opciones y depende de nosotros saber discernir en el más apropiado, en aquel que se ajuste a nuestro molde.
Sucede que la educación actual goza de medios más avanzados para el desarrollo del intelecto, pero no están orientadas a fortalecer las tres dimensiones, únicamente están siendo utilizadas para instruir y producir. Pero de qué sirve producir sin discernir. Para eso están las máquinas. El hombre de nuestro siglo tiene por reto evitar ser alienado por sí mismo.
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Saludos, visitante. En mi blog encontrarán cuentos,poemas, especulaciones, crónicas, artículos de opinión, mi trayectoria como Narrador Oral, videos y una que otra cosa digna de anticuario. Estaré atento a sus comentarios. Buen viento y buena Mar. Víctor Andrés Zaraza Méndez. vitomania04@hotmail.com