mayo 15, 2009

Un vistazo Trágico V


KIERKEGAARD. Antígona. México, D. F.: Editorial Séneca, 1942.


Antígona, es una obra escrita con la finalidad de explicar y comprender el valor de lo trágico en la existencia del hombre. Fue escrita por el filósofo danés Soren Kierkegaard, el cual, se le considera como el padre de la angustia, y sus postulados le merecen el reconocimiento a nivel mundial como precursor del existencialismo.
Este texto se encuentra claramente dividido en dos partes. La primera hace referencia al concepto trágico, y la segunda ejemplifica tal concepto a través de una figura femenina, a la que el autor llama Antígona.


El concepto trágico, dice, dentro de su lógica no deja de ser trágico, ya que su inmutabilidad en el nivel temporal permanece; sin embargo, existe una gran diferencia en la esencia de lo trágico y lo trágico antiguo. Entonces, lo que se trata de demostrar es que lo trágico antiguo se deja reabsorber esencialmente por lo trágico moderno, de tal modo, que en él se manifiesta lo trágico verdadero (Pg 14). La presencia de la comicidad hace que ese sentimiento trágico se pierda, ya que nuestra actualidad gira camina más junto a la risa. La duda que expone el autor referencia los dos estados del individuo: el aislamiento y la colectividad. Supone que un individuo aislado hace valer para sí mismo lo que le inquieta, y la colectividad ha permitido que los pueblos se redefinan para continuar con el camino. La duda que se enmarca en esta dualidad es la de compartir aquello que mantiene ocupada la mente de un individuo único y solitario, o mantener en el anonimato su pensamiento. Es allí donde entra a jugar la acción un papel fundamental en la existencia ya que desemboca en la responsabilidad, y esa responsabilidad se transmite de unos a otros en la colectividad.

Ahora, con respecto al concepto trágico, el autor destaca que la participación de los pueblos griegos en los teatros para ver las obras que reflejan sus actos, hace posible que el conjunto visualice de una mejor manera su proceder. Entonces, sobre el escenario, los personajes que cada obra trae consigo son los encargados de comportarse acorde a la situación; ejecutan la acción requerida para seguir el rumbo de la historia. Sucede que otro elemento característico, el coro, oscila entre la sustancialidad de lo épico y el fervor lírico; en estos dos estados se expresa el excedente que no llega a resolverse en la individualidad. (Pg 20) Para efectos del desarrollo de la obra, la vida de cada personaje debe ser una acción.

A continuación, la obra plantea la consecuencia de esa acción y, menciona y define la culpabilidad y la comicidad. La primera se desarrolla en una colisión trágica del actuar y el sufrir, mientras que la segunda es propia del aislamiento. Entonces, para que el sentimiento trágico no perdure en un estado que no le corresponde, el autor apela a la estética para explicar la contradicción que se presenta en el individuo una vez que este ha caído en desgracia. Esta estética se desenvuelve entre el temor, la compasión, el dolor y el sufrimiento; destacándose el sufrimiento como un pilar para despertar en el espectador la compasión. Apelando a la actitud de un niño, cuando ve que alguien mayor padece un dolor, la condición del sufrimiento se hace más asimilable. Sin necesidad de sentir en carne propia la dolencia que maltrata, la compasión se encarga que el espectador acompañe al personaje en su pena. Es por esto que la culpabilidad del héroe griego aparece indefinida (Pg 36), y transforma las emociones de cada uno de los testigos ya que todo tiende a tornarse relativo, y el autor afirma que la estética tiene por objetivo lo relativo (Pg 41), por lo cual, el sufrimiento en la tragedia antigua despierta la identidad en los asistentes. De esta manera, es posible que el individuo pueda reconstruirse así mismo, en el camino que conduce hacia la verdad. Esa verdad, que el autor referencia, debe despertar todo tipo de dudas, en especial, aquellas que conciernan al ser individual, como único responsable de sus actos; entonces, la culpabilidad conlleva a la angustia y esta es el órgano por el cual el sujeto se apropia y asimila el sufrimiento (Pg 54). Y afirma que la angustia implica una reflexión de tiempo; no se puede estar angustiado por algo del presente, sino por algo del pasado o del porvenir (Pg 56).

La segunda parte de la obra se concentra en ejemplificar el concepto trágico en la figura de Antígona. Pero la diferencia notoriamente de la Antígona de Sófocles; esta Antígona vive una tragedia descrita en la cárcel del amor. Un amor paternal que le pesa sobre los hombros; el autor describe este amor como una flecha que atraviesa el corazón y permite vivir a la protagonista mientras más daño le provoque. Esta ejemplificación retoma los postulados del filósofo acerca de la angustia y la individualidad del ser. Plasma la capacidad del hombre de reconocerse finito ante lo que le rodea, y al mismo tiempo, la posibilidad que su existencia le brinda, de modificar aquello que le adolece.

No hay comentarios:

Bienvenidos a mi blog

Saludos, visitante. En mi blog encontrarán cuentos,poemas, especulaciones, crónicas, artículos de opinión, mi trayectoria como Narrador Oral, videos y una que otra cosa digna de anticuario. Estaré atento a sus comentarios. Buen viento y buena Mar. Víctor Andrés Zaraza Méndez. vitomania04@hotmail.com